jueves, 21 de abril de 2011

ORQUIDEAS




El origen de las orquídeas se remonta a una leyenda de la mitología griega, en la cual Orchis, hijo de una infa y un sátiro, durante las festividades en honor del dios Baco, bebió en exceso y, en estado de ebriedad, cometió un pecado imperdonable: hizo el amor a un sacerdotisa. Esa acción le valió el castigo de los dioses y la muerte.
Llenos de dolor, sus padres suplicaron a los dioses que le devolvieran la vida a su hijo; éstos accedieron a condición de que Orchis en su vida futura proporcionara satisfacción a los hombres. Así fue como Orchis terminó transformado en orquídea y por lo tanto, los antiguos griegos le atribuían a las orquídeas los poderes eróticos del difunto Orchis y se las comían. Científicamente hablando, esta bella flor se originó hace más de 60 millones de años en las zonas templadas de Asia y América del Norte, sitios en los que antes había bosques subtropicales o templados calientes. Cuando el océano se puso frío, la mayoría de las orquídeas han sido una de las plantas más admiradas y apreciadas desde hace muchos siglos por diferentes civilizaciones.
Se sabe que los chinos tiempo antes de Cristo, cultivaron algunas especies del género Cymbidium y que en el México Prehispánico se conocía y cultivaba desde el reinado Azteca de Itzcoatl (1427 - 1440). Además durante los reinados de Moctezuma Ilhuicamina (1440 - 1482) se usó la orquídea como pago de tributos. Durante el siglo XVI las orquídeas eran llevadas de América a Europa por los marinos. En ese entonces, los comerciantes de orquídeas pagaban para que algunos hombres dañaran con sus orines las otras matas y de este modo preservaban la
belleza única de las que ellos habían recolectado. A partir de 1830 fueron enviados al trópico, hombres preparados para recolectar esta flor.
Durante la época de los 50, los cultivadores europeos enviaron al trópico un verdadero batallón de recolectores, los cuales eran brutalmente despiadados y tomaban todas las plantas peculiares que encontraban y, para mantener su carácter singular, destruían las que quedaban sin importarles el daño que fuese, quemando bosques y plantas.
La edad de oro de la caza de orquídeas llegó a su fin con la Primera Guerra Mundial. Poco después de acabar la guerra, un científico americano, Lewis Knudson, descubre la forma de hacer crecer las plantas, a partir de semillas, en frascos estériles de jalea, lo cual demostró que las matas crecían en cautiverio. 

CARACTERÍSTICAS 

Algunas orquídeas son especies terrestres, es decir, son naturales del suelo, pero las más comunes viven en las ramas de los árboles y reciben el nombre de epifitas.
Algunas orquídeas son tan pequeñas que necesitan ser apreciadas con cristal de aumento, mientras que otras alcanzan unos 40 centímetros de ancho. Hay especies con un solo brote, es decir que tienen una sola hoja, y otras con docenas de brotes en forma de racimos, unas viven a cientos de metros sobre el nivel del mar, y otras en zonas pantanosas. Emanan diversas fragancias, pero algunas son inodoras o producen malos olores para el ser humano. Su flor tiene tres sépalos y tres pétalos, uno de los cuales se encuentra modificado de modo singular y se llama labelun o labio. Su gran variedad de colores y olores es producto de las múltiples especies y de la hibridación. 

NEGOCIO 

El hombre siempre ha buscado la manera de darle uso a todo lo que la naturaleza le ha brindado, sobre todo en lo que se refiere al alivio de los males físicos que lo y, n ese aspecto, la orquídea no es una excepción; por ejemplo, se sabe que hace miles de años los aztecas utilizaban algunas especies de orquídeas para curar heridas infectadas. En el México precortesiano, se usaron también diversas especies como ornamentos de los géneros Stanhopea y Laelia, costumbres medicinales que en muchas comunidades indígenas de América todavía se conservan.
Ahora bien, debido a su belleza, las orquídeas tienen gran demanda en el mercado internacional de flores y alcanzan precios en algunos casos exorbitantes, motivo por el cual ha sido y son víctimas de depredación en todos los lugares donde crecen de manera natural.
Si bien es cierto que el cultivo de la orquídea por particulares e industriales (para ser comercializada luego como planta ornamental y para la venta de flor cortada) ha ido en aumento durante los últimos años, esta actividad de gran importancia económica a nivel mundial no ha logrado que la depredación de esta especie sea frenada o que la recolección siga siendo la manera más usada para su obtención.
En el mundo se calcula que hoy en día casi nueve millones de orquídeas y flores de los bosques tropicales son recolectadas con destino a países occidentales y cada día, los que comercian de manera ilegal con esta especie están en búsqueda de una nueva variedad, la más exótica, la más extraña, las mismas que son subastadas en el mercado negro a cultivadores y coleccionistas en miles de dólares.
En el Perú, estas flores se encuentran en la ceja de selva y selva. Lugares como Moyobamba y el mismo Santuario de Macchu Picchu son lugares ricos en población de esta flor. Macchu Picchu, por ejemplo, se tiene más de 100 especies y más de 30 géneros de orquídeas y, en todo el Perú, se han registrado cerca de 1300 especies que representan más de 160 géneros, cantidades que nos hacen privilegiados, y a la vez, responsables de su preservación en su hábitat natural, hecho que se puede lograr sólo mediante una adecuada educación ambiental de los pobladores que viven en las zonas donde crece esta flor, porque son ellos los que generalmente lo extraen para comercializarla. 

EXPLORANDO EL MUNDO DE LAS ORQUÍDEAS

 LAS  ORQUIDEAS !!!


siempre han sido hermosas y durante siglos ello ha sido reconocido así por hombres y mujeres. En el oriente, por ejemplo, entre las primeras cosas que hicieron despertar el interés en esta planta estuvo su fragancia, y el filósofo chino Confucio (551-479 A.C.) se refirió a la orquídea como "la reina de las plantas fragantes". Para la gente del Oriente, la planta es el símbolo de la perfección.
Los admiradores de las orquídeas – gente bravía tanto en el lejano pasado como en la actualidad – se internan en lo profundo de las selvas y en las regiones montañosas de los trópicos, viajan bajo lluvias torrenciales a través de impenetrables junglas pobladas por aborígenes hostiles, serpientes venenosas, animales salvajes e insectos, y se enfrentan al peligro de enfermedades, sólo con el propósito de contemplar la belleza de esta exquisita planta en su ambiente natural.
Desafortunadamente, extensas áreas vírgenes de nuestro planeta han sido devastadas a medida que miles de plantas han desaparecido, cortadas de raíz. Sin embargo, en muchas naciones existen ahora leyes destinadas a prohibir la profanación de sus regiones naturales y a preservar a las especies de orquídeas en peligro.
Uno puede llegar a asombrarse del por qué hay gente dispuesta a poner en peligro su seguridad personal en la afanosa búsqueda de esas elegantes plantas. Como miembro de esa gran familia de aventureros y admiradores de las orquídeas, puedo afirmar que las mismas poseen una belleza, y una delicadeza de forma, que no existe en ninguna otra clase de plantas. Jacques Maritain (1882-1973, el conocido filósofo francés, afirmaba que la belleza era el esplendor inteligible que emana de un todo ordenado y perfecto, mientras que el célebre Santo Tomás de Aquino (1225-74) definía como cualidades intrínsecas de la belleza, a la integridad, la proporción y la claridad.
En un concierto, nuestra alma se siente profundamente inspirada por alguna magnificente pieza musical. Cada uno de los instrumentos musicales de los ejecutantes proporciona su particular sonido a una mezcla total que alcanza la perfección en un conjunto que cada músico, por sí solo, no puede alcanzar.
La orquídea también despliega esta calidad de integridad. Las orquídeas son igualmente obras de arte. La flor de la planta es una sinfonía de elementos en los que cada estructura se interrelaciona con la otra para ofrecer un raro conjunto de belleza. Estructuralmente, la flor está fundamentada en el número tres: tres partes externas y tres partes internas.
Las partes externas, llamadas sépalos, encierran la flor en el capullo (yema) y la protegen. Si usted observa un capullo abierto, las tres partes interiores, llamadas pétalos, se descubren y emergen magníficamente. Cuando usted analiza cuidadosamente los pétalos, notará que uno de ellos es diferente de los otros dos. Tiene una forma distinta y posee un nombre especial: el labio. El labio de la orquídea puede tener un color diferente del de los otros dos pétalos; con frecuencia, los sépalos y los otros dos pétalos son del mismo color.
Una vez que la flor queda a descubierto y se muestra majestuosa ante nuestra vista, somos capaces de mirar más de cerca s su centro y puede notarse otra nueva parte especializada que tiene el nombre de columna. La columna de la orquídea contiene los órganos reproductores de la flor y está coloreada, decorada y conformada para inducir a los insectos a probar el néctar.
Los insectos polinizarán inconscientemente la flor, y la semilla comenzará a crecer en una cápsula. La belleza de la orquídea no sólo deleita los ojos del hombre, sino utiliza al insecto para perpetuar a la orquídea como especie, un proceso que resulta simplemente fascinante.
Cada cápsula contiene cientos de miles de semillas, cuyas dimensiones son tan minúsculas que se encuentran entre las más pequeñas producidas por las plantas florales en todo el mundo. La foto de la página 104 nos puede dar una idea del tamaño de las semillas de las orquídeas, las que pueden ser tan pequeñas como 0,03 milímetros. Algunas cápsulas de las orquídeas Cattleya llegan a tener hasta cinco millones de semillas. Éstas, dado su minúsculo tamaño, no contienen nutrimentos almacenados, aunque la mayoría de las semillas de otras plantas florales poseen cierta cantidad de nutrimentos en su interior.
La germinación de estas semillas tiene lugar por medio de un proceso que es diferente al de la mayor parte de las plantas florales, porque los embriones de orquídeas son, desde un punto de vista anatómico y estructura, extremadamente reducidos, mientras que los de otras plantas florales no lo son.
Las células de los embriones de orquídeas germinan y crecen hasta producir una masa de células llamada protocormo. Estos protocormos, con sus rizoides absorbentes – en realidad estructuras en forma de raíces – pueden o no de inmediato comenzar a producir clorofila, la sustancia necesitada por las plantas para llevar a cabo la fotosíntesis y poder entonces producir sus propios nutrimentos. Pero, para que el protocormo sobreviva, se desarrolle y se transforme en retoño, primero debe establecer una relación simbiótica con un hongo.
El papel que desempeña el hongo es el de suministrar azúcar (nutrimento) al protocormo (especialmente a aquellos que no poseen clorofila). El hongo obtienen el azúcar de secciones del substrato (suelo u otro objeto sólido que sirva de organismo huésped a la planta) de la orquídea, es decir, la corteza de un árbol o el suelo. El protocormo, a su vez, provee al hongo con ciertas vitaminas y un hábitat donde vivir. El hongo vive en área del protocormo y del substrato. Con el tiempo, el joven retoño comenzará a producir sus propios nutrimentos e internamente disolverá y destruirá al hongo para así terminar la relación simbiótica que los asociaba.
Ciertamente, sólo un número bien reducido, de entre los millones de semillas producidas por la orquídea, es capaz de germinar en un medio natural, dadas las rigurosas demandas nutritivas de la semilla. En un medio artificial, uno de los principales problemas en la reproducción y el desarrollo de orquídeas lo sería el reproducir la clase de relación simbiótica que la orquídea necesita, ya que la misma resulta muy difícil de establecer.
Sin embargo, la semilla de la orquídea puede germinar en presencia de azúcar en un cultivo agar, sin necesidad de la presencia de un hongo. El azúcar en el cultivo suministra nutrimentos al protocormo en desarrollo, igual que el hongo lo hace en la naturaleza.
El método agar de cultivo ha revolucionado el proceso de desarrollo de las orquídeas en un medio artificial, pues gracias al mismo ya cada una de las semillas puede fácilmente ser desarrollada hasta alcanzar el tamaño de un retoño. Esto ha incrementado muchísimo el número de orquídeas cultivadas a nivel comercial.
En la actualidad, existe una gran diversidad entre las orquídeas como grupo de plantas. El número de clases de orquídeas, por sí solo, es impresionante: más de 30 000 especies en la naturaleza. Las dimensiones de este grupo hacen de las orquídeas la más grande de todas las familias de plantas florales en el mundo y, al mismo tiempo, desde un punto de vista meramente estructural, una de las más avanzadas. 
Se puede viajar a lo largo y ancho de todo el mundo y encontrar muy diferentes clases de orquídeas silvestres desde al Ártico hasta la Antártida. Y enormes cantidades de ellas pueden ser halladas en regiones específicas de nuestro planeta, como las Antillas, América del Sur y Centroamérica. Por lo menos, el 80% del total de especies de orquídeas se encuentran en los trópicos y en las regiones subtropicales. Incluso Norteamérica tiene también su buen número de ellas. Además, algunas clases de orquídeas crecen mejor al nivel del mar, mientras otras crecen maravillosamente en las altas regiones montañosas.
Las personas que gustan de las orquídeas viajan alrededor del mundo para admirarlas. Personalmente he andado en busca de orquídeas por tierras de África, el Ecuador, México, Perú y Puerto Rico. La mayoría de las orquídeas que crecen silvestres son epifitas, es decir, crecen sobre otras plantas, no como parásitas, sino sólo en busca de un sitio de apoyo. Las raíces de la orquídea se aferran al tronco del árbol en que se hospeda y la planta crece así vertical y majestuosamente sobre sus raíces.
Hay también un importante grupo de orquídeas silvestres que crecen en tierra y son llamadas orquídeas terrestres. Calzada con altas botas, mochila al hombro y ropas de caqui, he recorrido durante horas kilómetros de pantanos, resbalosos trillos de fangales, y ríos, en busca de orquídeas. Es maravilloso estar en lo profundo de una jungla tropical y de repente mirar alrededor y, en medio del silencio y el esplendor de la naturaleza, contemplar una flor en toda su magnificencia. 

ALTO  MAYO ...VALLE  DE LAS ORQUIDEAS

Cattleya Rex
 
 
Cattleya Maxima
 
 
Brassia Wagenari
 
Mosmodes Revoludum
 
Maxillaria
 
Midonia Hibrida
 
Odontoglossum
 
 Stanhopea sp

Psigmorchis Pusilla
 
Aymbidium Hibrido
 
 
 

Prostechea cochleata
 
 
Phragmipediun kovachi
 GOLONDRINA BLANCA

 

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